Por María do Carme Martínez Baleirón, historiadora y autora de materiales didácticos con perspectiva de género y enfoque interdisciplinar
Hace unas semanas se hizo viral en Tiktok la canción de una chica llamada Farideh, con el título "Female body". El ritmo es pegadizo, con el gancho cómico habitual en su autora, y la letra reivindica una penosa situación con la que muchas de nosotras seguro que nos hemos sentido identificadas en alguna ocasión. Traduzco libremente esa letra a continuación:
Náuseas matutinas, endometriosis,
menopausia, migrañas, síndrome de ovario poliquístico,
¿Qué le pasa a tu cuerpo? ¡No lo sabemos!
Porque en verdad nunca estudiamos los cuerpos de las mujeres
Los cuerpos de las mujeres.
Di que está todo en mi cabeza pero la investigación es muy irregular…
No, en verdad nunca estudiamos los cuerpos de las mujeres.
Fui al médico sólo por descartar:
"Intenta perder peso, sólo estás ansiosa"
De acuerdo, está bien, no me molesta…
¡Sólo espera diez años para tener un diagnóstico!
Es psicosomático, eres tan exagerada,
histérica, sensible, dramática, hormonal, еrrática,...
Enfermedad cardíaca, fatiga crónica, depresión y ansiedad,...
¿Te duele? ¡Qué va!
Porque en verdad nunca estudiamos los cuerpos de las mujeres.
Los cuerpos de las mujeres.
Más misteriosos que los Illuminati
No, en verdad nunca estudiamos los cuerpos de las mujeres.
(¿Es como el cuerpo de un hombre pero con tetas, no?)
Si alguna de vosotras no se ha sentido en su vida todavía identificada con nada de esto, ¡bendita sea! Para las demás, toda mi compasión y solidaridad. Os recomiendo escuchar la canción porque además de sacaros una sonrisa, veréis que cada vez somos más uniéndonos y alzando la voz para denunciar la desatención de la ciencia médica hacia lo femenino.
Hacernos visibles en la medicina
Y es que la salud es un tema delicado ya de por sí, y las enfermedades -en su mayoría- no “distinguen” entre sexos. Lo que sí distingue, y mucho, es la investigación farmacológica, el diagnóstico e incluso los protocolos de actuación. Todo se hace para un hombre adulto blanco, diestro, de complexión y estatura medias. Cualquier prospecto que leáis va a estar investigado, estudiado y contrastado siguiendo ese modelo de fisiología de varón. Y aunque tengamos grabadas a fuego máximas como que no debemos quejarnos tanto y que las mujeres podemos con todo o, incluso, prejuicios retorcidos del tipo que nos hacemos las víctimas para recibir atención, tenemos que quejarnos, aunque estemos cansadas y doloridas, precisamente por ese motivo, sea por nosotras o por las del futuro, debemos seguir excavando el túnel que nos saque de esta cárcel de medicina patriarcal.
Un ejemplo: desde muy pequeña recuerdo escuchar aquello de que un dolor en el brazo es un síntoma de infarto al corazón y esta es una verdad a medias, ya que sólo es un síntoma en hombres. A raíz de tan extendida creencia preventiva, cargada de buenísimas intenciones, las dolencias cardiovasculares en las mujeres están infradiagnosticadas de una forma alarmante. Tanto es así que un hombre en urgencias con ese dolor indicativo es mirado hasta que se descarta una patología grave y, por el contrario, una mujer que llega a urgencias con fuerte dolor en el pecho será en un primer momento ignorada o tratada con un ansiolítico y enviada a su casa, aun cuando la cardiopatía es la primera causa de muerte femenina. La doctora Pilar Mazón, presidenta de la Sección de Hipertensión Arterial de la Sociedad Española de Cardiología, lo deja claro: "la enfermedad cardiovascular en la mujer es más frecuente de lo que pensamos, más grave de lo que esperamos, la diagnosticamos menos de lo que debemos y la tratamos peor de lo que creemos".
Sobre la medicina patriarcal que olvida, maltrata y desatiende a las mujeres sabe mucho la doctora Carme Valls i Llobet, especialista en Endocrinología y medicina con perspectiva de género. Dirige el programa "Mujer, Salud y Calidad de Vida" en el Centro de Análisis y Programas Sanitarios de Barcelona y ha escrito obras claves en este campo, como Medio ambiente y salud. Mujeres y hombres en un mundo de nuevos riesgos o Mujeres, salud y poder. Aunque para comenzar os recomendaría su obra Mujeres invisibles para la medicina, que aborda la necesidad de que el sistema médico actual cambie para que las necesidades de las mujeres sean atendidas. Y, si nosotras no lo vemos, que lo vea la generación próxima. ¿Será feminista la medicina del futuro?
Sobre la salud femenina y el modelo médico hegemónico hablamos también en este otro artículo del blog: https://perifericas.es/blogs/blog/salud-femenina-y-modelo-medico-hegemonico