MUJERES COMO ARMAS DE GUERRA

MUJERES COMO ARMAS DE GUERRA

Por María Amparo Goas, estudiante de Trabajo Social y Criminología en la Universidad Pontificia de Comillas y con un curso de Género y Sexualidad con la British Columbia University

A pesar de que las mujeres no somos llamadas a filas de forma obligatoria cuando se inicia un conflicto bélico, ya que somos consideradas físicamente más débiles e incapaces de defender el país ante ataques armados y, por tanto, no se nos obliga a formar parte activa en la defensa del territorio, los conflictos bélicos victimizan de forma diferencial a cada género.

Aunque esto puede ser entendido como una medida de discriminación positiva hacia nosotras, la realidad tras esta medida es la infravaloración de las capacidades físicas de las mujeres, así como la presunción de nuestra incapacidad para defendernos.

Por otro lado, las mujeres hemos sido vistas históricamente como objetos de consumo para los hombres, y en los conflictos bélicos sufrimos todo tipo de ataques hacia nuestra integridad, tanto física como moral. Esto se produce porque, por culpa de la socialización recibida, la forma de dominación de unos hombres sobre otros se puede dar mediante la dominación de “las mujeres del otro”, es decir, a las mujeres parte del bando contrario.

Usar a las mujeres como armas de guerra consiste precisamente en eso: en dañarlas, ejerciendo violencia diferencial a la que se ejerce contra los hombres; puesto que a pesar de que los conflictos bélicos los sufren toda la población, existen ciertas violencias asociadas en especial a la violencia sexual, que se ejerce hacia las mujeres en mucha mayor medida.

Cuando existe una violencia tan visible hacia una población parece que toda violencia es legítima, y es donde se reproduce con mayor impunidad la violencia asociada al sistema patriarcal en el que vivimos.

La victimización femenina en los conflictos bélicos

La mayoría de los conflictos bélicos enfrentan a hombres poderosos, pero la mayor repercusión social de una guerra la sufre el pueblo, y entre estos, las mujeres como estrato social infravalorado.

Los conflictos bélicos, por tanto, tienen también un carácter diferencial en la victimización por género, ya que la socialización que recibimos tanto hombres como mujeres nos predispone socialmente hacia escenarios diferenciales.

El cuerpo femenino se ha instrumentalizado, lo que implica que, al legitimar la violencia, se legitima también implícitamente la violencia patriarcal estructural. A su vez, la indefensión en la que se socializa a las mujeres provoca que los hombres nos vean como una presa fácil a la que vulnerar.

De esta forma, y aun cuando la violencia que sufren ambos géneros es igual de deplorable, existen violencias que se ejercen únicamente hacia el género femeninocomo los ataques contra la indemnidad sexual (abuso o agresión sexual y violaciones), la prostitución forzada y la esclavitud sexual. Este ataque directo hacia nuestra sexualidad está directamente relacionado con la forma en que se nos socializa para entender el cuerpo femenino como un objeto sexual a disposición de los hombres.

A pesar de que las mujeres somos aproximadamente la mitad de la población, lo cierto es que existe una tendencia a dejarnos fuera de las estructuras de toma de decisiones. Sin embargo, es importante entender la importancia que tenemos en el postconflicto, puesto que, al haber recibido una socialización hacia los cuidados, tenemos la capacidad de abordar desde perspectivas alternativas las secuelas que se desarrollan a partir de dichos conflictos bélicos.

Nuestra socialización hacia los cuidados es un punto a favor a la hora de enfrentarnos a una sociedad que ha sufrido tanto como se padece en una guerra. Enfrentar las consecuencias desde una mirada femenina puede potenciar que la autoayuda y el autocuidado se expandan a nivel social, generando redes de apoyo que nos ayuden como sociedad a continuar la vida tras el duelo de las pérdidas (humanas, sociales, económicas y políticas) a las que nos aboca la guerra.

 

En este otro artículo del blog reflexionábamos sobre los riesgos de cruzar una frontera siendo mujer, específicamente para el caso concreto de la guerra en Ucrania: https://perifericas.es/blogs/blog/ucrania-y-los-riesgos-de-cruzar-una-frontera-siendo-mujer

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