Mural del Colegio de Educación Infantil y Primaria María Moliner en el zaragozano barrio de San José

MARÍA MOLINER, LA ACADÉMICA SIN SILLÓN

Por Rebeca Santamarta, comunicadora y protocolista, actualmente en formación en marketing digital. Madre y defensora de una crianza respetuosa, en comunidad y feminista 

Así se definió a María Moliner en el diario El País al día siguiente de su muerte, en un reportaje en su memoria, tributo a una mujer que pudo poner de acuerdo a toda la sociedad de su época en contra de la decisión de la Academia cuando esta no quiso admitirla entre sus miembros .

Cuando la pasión por el trabajo se vuelve un modo de vida, surgen entonces maravillas que asombran al mundo, y así, sin pretenderlo siquiera, se creó de manera manual, sigilosa y sencilla un diccionario que fue una sorpresa para la sociedad de los años 60 en España.

La artífice de este hito fue María Moliner, nacida el 30 de marzo de 1900 en Paniza, Zaragoza. Esta bibliotecaria fue la creadora del Diccionario de uso del español, que hizo sombra de manera sorprendente al propio Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.

¿Cómo fue posible algo así?

María resultó una estudiante aplicada y modelo durante toda su etapa académica; su pasión la hizo ya disciplinada, aunque sus años de estudio y trabajo fueron también interrumpidos, a su pesar, por las obligaciones familiares de cuidados. Bibliotecaria entusiasta, llegó incluso a crear una red de bibliotecas rurales.

Tras recibir un ejemplar de un diccionario de uso del inglés se animó a crear una obra distinta que subsanara ciertas lagunas del diccionario oficial del español. Con la idea de dedicarle solo un par de años a este proyecto, su objetivo era acercar la lengua a las personas y las personas a las letras. Sin embargo, tal iniciativa se acabó alargando durante 15 años, pues dedicaba a él sólo sus tardes, más allá de su horario laboral y sus actividades diarias, y mucho de este tiempo se iba en correcciones y ampliaciones que ella misma iba añadiendo.

Este diccionario revisaba la manera de elaborar un compendio de la lengua, apostando por la descripción y la relación de las palabras, cubriendo los vacíos del DRAE y llegando a convertirse en un volumen de referencia para estudiantes y lingüistas.

 

Una academia de varones

La Real Academia de la Lengua Española había mostrado tradicionalmente que su intención no era ser una institución abierta al cambio o la modernidad, y mucho menos a la igualdad, como cuando negó el acceso a grandes escritoras como Gertrudis Gómez de Avellaneda, en 1853, o la mismísima Emilia Pardo Bazán, en 1912 (y en varias ocasiones más).

Este despropósito se repitió en 1972 cuando María Moliner fue candidata a ocupar un sillón de la Academia, a propuesta de varios escritores. En ese momento, ninguna ocupaba todavía dicho espacio, y ella tampoco fue admitida. Tal rechazo, sin embargo, supuso que obtuviera el cariño y reconocimiento de la sociedad, y la Real Academia hubo de lamentar, años después, no haberle dado el sitio que tanto habría merecido. La primera mujer en entrar en la RAE sería, años más tarde, Carmen Conde Abellán, en 1979.

Que una institución tan relevante no aceptara mujeres hasta hace apenas 50 años revela un machismo que relegaba a las escritoras competentes y profesionales a labores sin reconocimiento oficial, pese a su calidad y dedicación. El caso de María Moliner es muy evidente, y la mayor prueba del talento que poseía es que su diccionario, oficialmente denominado Diccionario de uso del español, es en muchas ocasiones más conocido simplemente como "Diccionario María Moliner", una manera de devolverle el honor que no le daban la Academia ni las instituciones. Porque sobre todo la importancia de esta obra está en su creadora, una gran defensora de la lengua española, una mujer tenaz, trabajadora, curiosa e intelectual, que no cesó nunca es su proyecto personal, el cual, pese al tiempo y las continuas correcciones, nunca quiso que quedara inacabado.

María Moliner vio cómo gran parte de su ascenso profesional quedaba truncado con el estallido de la Guerra Civil. Ser "mujer y moderna" resultó imposible en España tras el fin de la II República: https://perifericas.es/blogs/blog/mujer-y-moderna-una-ecuacion-imposible-tras-el-fin-de-la-ii-republica
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