Por María Amparo Goas, graduada enTrabajo Social y Criminología en la Universidad Pontificia de Comillas y con un curso de Género y Sexualidad con la British Columbia University
A las mujeres se nos socializa para competir entre nosotras, en especial para competir por la aprobación masculina. Esta socialización mantiene el statu quo en las sociedades patriarcales por promover que nos enfrentemos unas a otras en vez de unirnos para luchar por cambios a nivel sociopolítico que puedan cambiar los cánones sociales en los que nos movemos.
El sistema tiende a reproducirse mediante la socialización de género, de forma que la educación que recibimos tiene un papel fundamental en nuestro desarrollo como personas en sociedad. De esta forma, el patriarcado utiliza esa influencia de la educación para generar un sistema en el que las mujeres debamos competir constantemente, redefiniendo a la otra como mi enemiga.
La distancia entre mujeres y la desconfianza constante a la que debemos enfrentarnos es una estrategia de aislamiento para conseguir que el grupo de apoyo femenino se vea muy reducido, especialmente por la escasa interacción entre nosotras que nos crea un imaginario lleno de prejuicios en torno a la otra.
Los hombres también toman ventaja de esta socialización femenina, ya que constantemente nos vemos en la tesitura de tener que esforzarnos por contentarles y encontrar en la aprobación masculina el grupo de apoyo.
La competencia entre nosotras fomenta que los vínculos más fuertes se establezcan con hombres y no con mujeres, siendo ellos los que dominan los espacios públicos. Por esto los hombres no pueden llegar a entender en profundidad las vivencias que las mujeres compartimos, y la falta de contacto femenino de calidad dificulta que entendamos a otras mujeres como compañeras.
La unión hace la fuerza
¿Qué es la sororidad? La sororidad es una palabra que hace referencia a la hermandad entre mujeres al percibirse como iguales. De esta forma, la unión entre nosotras y la creación de vínculos reconoce a la otra como una compañera de vida en vez de como el enemigo a combatir.
La sororidad, por lo tanto, es la tarea de reconocer a la otra como hermana, entendiendo que no somos competencia, sino aliadas. Se trata de reconocer su poder no como una amenaza sino como una oportunidad, pues unidas somos más fuertes.
Existen una serie de puntos clave que pueden ayudarnos a reconocer la sororidad que habita en nosotras y desarrollar un estilo de vida que no sea lesivo con las mujeres que nos rodean. Estos puntos se agrupan desde la idea de tender puentes en la relación con otras mujeres:
- Luchar contra la violencia de género, en la medida de nuestras posibilidades, especialmente ayudando a mujeres que conocemos se encuentran viviendo este tipo de violencia.
- Generar espacios seguros donde las mujeres no sientan que su cuerpo y su aspecto físico son cuestionados. En una sociedad especialmente sexualizada los cánones de belleza constituyen una herramienta más del patriarcado para hacer que las mujeres nos sintamos incómodas con nuestro propio cuerpo.
- Despertar a las mujeres que nos rodean de la alienación patriarcal a la que nos vemos sometidas mediante la socialización, consiguiendo el empoderamiento de nuestras compañeras y su alianza con el feminismo.
- Derribar las barreras económicas que afectan a las mujeres de forma diferencial, exponiendo las desigualdades laborales, el sexismo que se encuentra tras la realización de tareas del hogar no repartidas y el techo de cristal, entre otras.
El cambio de mentalidad y la rebelión contra la socialización que recibimos es un paso fundamental para poder iniciarnos en la sororidad y poder desarrollar acciones sororas con nuestras hermanas. El objetivo final de la sororidad consiste en derribar las barreras de género que son impuestas a las mujeres mediante la socialización. De esta forma, la sororidad se convierte en el valor por excelencia del feminismo, fomentando la colaboración mutua entre mujeres y la comprensión de las historias de vida compartidas.
En este otro artículo ofrecemos un análisis sobre Fresh, una película en la que la sororidad es fundamental en toda la trama: https://perifericas.es/blogs/blog/la-sororidad-era-lo-que-estabas-buscando