HOY LEEMOS "UN TRABAJO PARA TODA LA VIDA: SOBRE LA EXPERIENCIA DE SER MADRE"

HOY LEEMOS "UN TRABAJO PARA TODA LA VIDA: SOBRE LA EXPERIENCIA DE SER MADRE"

Por Constanza Taccari, psicóloga, especialista en formación y orientación laboral y consultora en igualdad, diversidad e inclusión. Como orientadora laboral, acompaña a mujeres migrantes en su inserción y desarrollo profesional en España

La maternidad, territorio de interrogantes y contradicciones, continúa siendo uno de los temas más atravesados por roles y estereotipos de género. De hecho, hasta hace no mucho tiempo, no era habitual que las mujeres conversasen honesta y abiertamente acerca de sus malestares y conflictos vinculados a este tema. El mandato de lo que “debe ser” una buena madre, sumado a la supuesta felicidad y “plenitud” que trae la maternidad a la vida de una mujer, hace que muchas se hayan visto cargadas de culpa por no poder encajar en dichos estándares.

Por suerte, son cada vez más las mujeres que levantan su voz para relatar sus experiencias reales, para compartir lo que realmente ha significado en sus vidas la maternidad, sin filtros ni pinceladas de romanticismo, sino con toda la autenticidad y crudeza que el tema merece. Rachel Cusk es una de ellas, y lo ha mostrado a través de su obra Un trabajo para toda la vida: sobre la experiencia de ser madre, editado en España por Libros del Asteroide.

“Muchas veces pienso que la gente no tendría hijos si supiera lo que le espera, y me pregunto si, como especie, llevamos incorporado un mecanismo darwinista de bloqueo de nuestra capacidad de expresión, de nuestra facultad para exponer la verdad sobre esta cuestión”

La autora relata en la obra, escrita en 2001, su mirada sobre lo que puede significar la experiencia de ser madre, tomando como punto de partida su propia historia. Una mirada crítica, penetrante y despojada de romanticismos, que coloca el foco de atención en el trauma que ha significado para ella el nacimiento de su primera hija, alejándose de estereotipos y roles de género que coartan a las mujeres.

Las repercusiones del libro (teniendo en cuenta la época en la que fue escrito) no tardaron en llegar. En el año 2005, Rachel escribe un prólogo para la nueva edición, que busca ser una respuesta a las grandes críticas que había recibido tras su publicación: 

"A los periodistas que me acusaron de ser una madre inepta y poco cariñosa, a los detractores que aún emplean mi nombre como sinónimo de odio a los niños, a los lectores para quienes la sinceridad es equiparable a la blasfemia porque su religión es la de la maternidad, únicamente puedo sugerirles que se lo tomen un poco menos en serio. A fin de cuentas, el sujeto que gobierna este libro es yo, no tú. La mayoría de quienes me criticaron eran mujeres, por eso aprovecho esta oportunidad para lanzar una sana advertencia a las personas de mi propio sexo. Señoras, esto no es un manual de cuidados infantiles. En estas páginas tienen ustedes que pensar por sí mismas. No les digo cómo deben vivir; tampoco estoy obligada a promocionar su visión del mundo".

De esta forma, la autora deja muy claro cuál es el espíritu de su libro: lejos de una posición que busca la aprobación o el reconocimiento, lo que pretende es relatar la transformación que ella misma ha vivido al ser madre, con sus matices, contradicciones, inquietudes, alejándose de un “deber ser” preestablecido, demostrando así que la realidad no es simple y edulcorada, como tantas veces se ha retratado. 

 

 

La romantización de la maternidad


Podríamos pensar que las críticas que ha recibido este libro tienen que ver con la crudeza de su esencia, tan real y necesaria en contextos en los cuales aún se romantiza el “mundo de la maternidad” y todo aquello que lo rodea. Ella misma se plantea: 

“No deberían sorprenderme los violentos contrastes que caracterizan mis sentimientos por mi hija, pero así es. Como a la mayoría de la gente, el amor me ha creado problemas toda la vida”

En síntesis, estamos frente a un ensayo que trata sobre la identidad, sobre las transformaciones que trae la maternidad, sobre las formas de relación con sus propios cuerpos que tienen hombres y mujeres… Y que coloca un signo de interrogación sobre los relatos construidos y consolidados en torno a “lo maternal”. 

En este otro artículo reflexionamos sobre el papel activo que las madres pueden desempeñar en la lucha feminista: https://perifericas.es/blogs/blog/madres-en-el-centro-de-la-lucha-feminista
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