Por Carmen Frutos Aragón, graduada en ciencia política y administración publica, máster en estudios interdisciplinares de género y en prevención de maltrato y violencia de género
Gloria Fuertes, nacida en Madrid en 1917, fue una escritora de narrativa, poesía, teatro y prolífica autora de literatura infantil y juvenil. Su interés por las letras comenzó a en su niñez, cuando apenas tenía 5 años y ya dibujaba y escribía sus propios cuentos. Sin embargo, su gusto por la lectura fue castigado desde su casa. Su madre, una persona muy conservadora, quería que su hija fuera una señorita convencional, por lo que la matriculó en el Instituto de Educación Profesional de la Mujer, donde se diplomó en Taquigrafía, Mecanografía, Higiene y Puericultura.
Fue con 14 años cuando publicó su primera poesía, titulada "Niñez, juventud, vejez…". Siempre que escribía procuraba dar un final feliz a sus historias, pues su infancia había tenido pocas alegrías. Con 15 años quedó huérfana y comenzó a trabajar en oficinas, al tiempo que ya recitaba sus versos en radio España de Madrid.
La muerte de su madre en 1934 y la Guerra Civil marcaron mucho la personalidad de Gloria Fuertes, hasta el punto de que ella misma declaro que “sin la tragedia de la Guerra Civil, "la más incivil" de las guerras, quizá no hubiera escrito nunca”
«Fue el crimen a sangre fría,
duró tres años,
ese horror lo viví día a día,
en plena juventud
tuve hambre y frío
muriendo y conviviendo
con el cadáver de mi alegría».
Sus lecturas de adolescencia fueron los poemas de Bécquer, Rubén Darío y Gabriel y Galán; sin embargo, ella declaraba que no se inspiraba en otros escritores, sino en sus propias experiencias vitales. Fue con 17 años cuando escribe su primer libro de poemas, llamado Isla ignorada, y decide dedicarse a la redacción de cuentos.
Según las palabras de Francisco Nieva, “Era una mujer nueva, que se enfrentaba con ternura a los hombres, tan brutos ellos. No era una maestrita repipi, era un compañero perteneciente a un tercer sexo divino que rompía con todo en aquella España de hierros y caspa y el resto la mirábamos fascinados ante su aspecto y sus palabras”
Como es de esperar, Gloria Fuertes también fue censurada durante el Franquismo hasta el punto de que algunas de sus obras las tuvieron que publicar desde el extranjero, como sucedió con Antología y poemas del suburbio (1954) y Todo asusta (1958), lo cual no le impidió divulgar sus pensamientos en recitales donde poder difundir sus poemas prohibidos y divulgar la poesía femenina.
Consideró que el amor de su vida fue Phyllis Turnbull, su amiga, confidente y profesora de inglés. Este gran amor, y posiblemente el único, duró casi veinte años. La sociedad ingenua y puritana de la época no concebía que dos mujeres pudieran amarse. Para el régimen franquista el sexo entre ellas no existía y, por tanto, no se perseguía. Su amor nunca salió a la luz, aunque su círculo más cercano conocía su romance. En los años 70 dejaron la relación y un año después Phyllis murió de cáncer.
Una prolífica carrera durante literaria
La década de los 40 supone una incursión en el mundo literario profesional para Gloria Fuertes, pues es entonces cuando se estrenan algunas de sus obras de teatro infantil y poemas escenificados en varios teatros de Madrid. También comienza a trabajar en la revista infantil Maravillas, dónde publica semanalmente cuentos, historietas y poesías. Además, en esos años participó en la revista Chicas, donde se publicaban cuentos de humor. Paralelamente en 1947 fundó junto a Adelaida Lasantas el grupo femenino "Versos con faldas", que se dedicó durante dos años a ofrecer lecturas y recitales en cafés y bares de Madrid.
Ella, que se declaraba feminista, creó este grupo para hacer un hueco a la poesía de las mujeres. Desde sus poemas criticó las desigualdades sociales, abogaba por la libertad sexual y la independencia de las mujeres. Uno de los aspectos más destacados de los poemas feministas de Gloria Fuertes es su capacidad para transmitir mensajes poderosos en un lenguaje sencillo y accesible. Utiliza un estilo directo y claro, a menudo combinado con un toque de humor, para abordar cuestiones complejas de manera efectiva. También reivindica y celebra la diversidad femenina en todas sus manifestaciones. Sus poemas exploran distintas identidades y experiencias de las mujeres, mostrando una visión inclusiva y amplia del feminismo.
Soy sólo una mujer y ya es bastante,
con tener una chiva, una tartana
un «bendito sea Dios» por la mañana
y un mico en el pescante.
Yo quisiera haber sido delineante,
o delirante Safo sensitiva
y heme, aquí,
que soy una perdida
entre tanto mangante.
Lo digo para todo el que me lea,
quise ser capitán, sin arma alguna,
depositar mis versos en la luna
y un astronauta me pisó la idea.
De PAZ por esos mundos quise ser traficante
-me detuvieron por la carretera
soy sólo una mujer, de cuerda entera,
soy sólo una mujer y ya es bastante.
En 1950 publica Pirulí, dos años después estrena su primera obra de teatro en verso, Prometeo, que le lleva a recibir el Premio Valle-Inclán, y en 1954 lanza Antología Poética y Poemas del suburbio.
Durante estos primeros años de la década organiza una biblioteca infantil ambulante por pequeños pueblos con afán de paliar el analfabetismo, y funda junto a Antonio Gala, Rafael Mir y Julio Mariscal la revista poética Arquero, que dirige hasta 1954.
En 1960 viaja durante tres años a Estados Unidos tras obtener la beca Fullbright para impartir literatura española en la Universidad de Bucknell, en el Mary Baldwin College y en el Bryn Mawr College. A su vuelta su producción poética se enriquece con Ni tiro, ni veneno, ni navaja (1966), Poeta de Guardia (1968) y otro de los títulos de su corpus poético, Cómo atar los bigotes al tigre (1969).
En 1972 recibe la beca de la Fundación Juan March de Literatura Infantil, lo que le permite dedicarse enteramente a la literatura. A mitad de la década recibe por la obra Cangura para todo el diploma de honor del Premio Internacional de Literatura Infantil Hans Christian Andersen, lo que la sitúa entre los grandes autores universales de literatura infantil de su tiempo.
Asimismo, colabora en diversos programas de literatura infantil de TVE, los más populares Un globo, dos globos, tres globos y La cometa blanca que, junto a numerosas composiciones de letras de canciones infantiles, la convierten definitivamente en la poeta de los niños. También escribe para las revistas La codorniz y Discóbolo.
A partir de estos años y durante los ochenta la actividad de Gloria Fuertes es imparable e intensa: lecturas, entrevistas, radio, homenajes, periódicos, pregones, viajes, visitas a colegios y publicaciones constantes. Destacan sus cuentos para niños La pájara pinta (1972), La gata chundarata y otros cuentos (1974), La momia tiene catarro (1978), La ardilla y su pandilla (1980), Cocoloco pocoloco (1985) y La pirata mofeta y la jirafa coqueta (1986).
Sus obras estaban atravesadas por el humor, la ternura y una profunda melancolía desde que arrancó sus primeros versos. Desde sus inicios tuvo clarividente su destino: sería escritora "para que la leyeran y para que la quisieran"
El conjunto de la obra de Gloria Fuertes se caracteriza por la ironía con la que trata temas tan universales como el amor, la soledad, el dolor o la muerte. Despuntan las metáforas, los juegos lingüísticos y el carácter fresco y sencillo, que dotan a sus poemas de una gran musicalidad y cadencia cercana al lenguaje oral. Gloria Fuertes falleció en 1998 por un cáncer de pulmón.
En este artículo puedes ver cómo las mujeres han sido tradicionalmente consideradas simples musas en el ámbito de la literatura hasta tiempos bien recientes: https://perifericas.es/blogs/blog/la-paternidad-literaria-y-la-musa