EL MORADO COMO PRODUCTO

EL MORADO COMO PRODUCTO

Por Rebeca Santamarta, comunicadora y protocolista, actualmente en formación en marketing digital. Madre y defensora de una crianza respetuosa, en comunidad y feminista 

El feminismo es hoy en día un concepto que impregna todos los aspectos de nuestro día a día, un concepto que a la vez genera atracción y rechazo.

El feminismo ha sido prostituido desde la política al convertirse en arma arrojadiza, al ser razón y objetivo de  debate o de excusa para levantar o hundir ciertos discursos.

Hemos conseguido que la perspectiva de género sea tenida en cuenta en cada vez más campos y, aun habiendo sectores más reticentes, se va expandiendo para lograr un cambio de paradigma de modo que se reflexione sobre la importancia de la igualdad de género y los obstáculos y pasos que aún quedan para lograr que esta sea una igualdad real.

Y cuando parecía que lo político y lo social eran lo más importante para establecer el feminismo como parte fundamental de la agenda diaria, el capitalismo le dio la vuelta a la lucha aprovechando su importancia y su capacidad de movilización para servirse de ella como producto comercial.

 

El purplewashing y los falsos aliados

Como gran fecha del feminismo, el 8M ha pasado rápidamente de ser una jornada reivindicativa de las trabajadoras a definirse como una especie de "fiesta de la mujer". Este cambio tan relevante ha hecho que se convierta también en la fiesta morada del comercio. Cada vez las manifestaciones aparecen más desinfladas en comparación con los éxitos rotundos de los años previos a la pandemia y surgen en su lugar nuevas tendencias que hacen que sea un día de regalos, conmemoraciones y felicitaciones, de modo que el objetivo feminista queda oculto tras las campañas comerciales que solo buscan un beneficio económico.

A esta mercantilización de la fecha, se une la frivolización de marcas, productos y líderes, que no dudan en transformarse y adoptar el color morado para subirse al carro de la novedad y el trending topic solo como una cuestión de imagen, con la finalidad de estar presentes en una fecha clave del calendario.

Dicha práctica es conocida como purplewashing, es decir, un lavado de imagen para mostrar simpatía hacia una ideología feminista y conseguir la aprobación del movimiento, pero sin ir más allá. No se establecen políticas, programas o se generan cambios a nivel interno por los cuales la aceptación del feminismo sea real y llegue al ADN de las corporaciones y de la sociedad en su conjunto: no se fomenta la igualdad salarial, no hay mejoras para la conciliación, no se eliminan techos de cristal ni se aumentan recursos para víctimas y ni para la educación en igualdad.

Esta hipocresía de la sociedad también se aprecia en otras fechas claves o en asuntos como el ecologismo: son días que remueven conciencias, llenan editoriales y noticias en los medios, pero la repercusión y movilización sólo duran 24 horas, o quizás una semana si el tema tiene más recorrido.

Las asociaciones feministas siguen reivindicando y apostando por recordar que la lucha por la igualdad es una lucha real, una lucha en todo el mundo y para todas las mujeres que necesita no solo políticas sino iniciativas reales y palpables, una movilización que cree referentes que visibilicen cada situación de desigualdad en nuestro entorno más cercano y a nivel global, pues vivimos una época oscura en la que hay políticas que nos atacan, que no nos defienden. Cuando pensábamos que ya estábamos en el camino correcto, nos encontramos con una crisis de valores y principios, en la que la sociedad cuestiona la desigualdad entre hombres y mujeres, niega la violencia de género, se defienden culturas que atacan a la mujer y los jóvenes formados en el sexo a través del porno se vuelven más violentos y agresivos.

Debemos estar unidas y en activo porque como dijo Simone de Beauvoir: “No olvidéis jamás que bastará una crisis política, económica o religiosa para que los derechos de las mujeres vuelvan a ser cuestionados. Estos derechos nunca se dan por adquiridos, debéis permanecer vigilantes toda vuestra vida”.

La Navidad es otra de las fechas en las que capitalismo y patriarcado se suman para crear discursos que poco o nada tienen de empoderadores hacia las mujeres: https://perifericas.es/blogs/blog/navidad-consumo-capitalismo-cisheteropatriarcado
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