Por Constanza Taccari, psicóloga, especialista en formación y orientación laboral y consultora en igualdad, diversidad e inclusión. Como orientadora laboral, acompaña a mujeres migrantes en su inserción y desarrollo profesional en España
La problemática de la drogodependencia se sigue abordando, en muchos casos, desde una mirada androcéntrica, asociando el uso de drogas a “lo masculino”. De esta forma, se sitúa a los hombres como la norma y a las mujeres como “lo otro” en todo lo que tiene que ver con este tema. Así, se reducen las posibilidades de realizar una lectura de la categoría “género” como lo que verdaderamente es: un eje de subordinación que impacta tanto en la forma en que las personas usan las sustancias como en las consecuencias que esto tiene en sus vidas.
Y es que el patriarcado ha funcionado como un factor de riesgo (y no como factor protector, como se pensaba tiempo atrás) para las mujeres en relación con las drogas: las ha invisibilizado, estigmatizado mucho más que a los hombres que consumen, y ha obstaculizado su acceso a recursos de prevención y abordaje de las problemáticas derivadas del consumo.
Drogas, roles y estereotipos de género
Como es sabido, los estereotipos y roles de género, que ordenan comportamientos y asignan lo que “se espera” de las personas en función de su género, todavía siguen vigentes en nuestra sociedad. El impacto que tienen estos roles y estereotipos se manifiestan en diferentes ámbitos de la vida de las personas, y también en distintos temas que condicionan su salud y bienestar. Uno de esos temas es, precisamente, el uso de sustancias.
Pero… ¿Qué consecuencias concretas tiene dicha realidad? Algunas podrían ser las siguientes:
• Que no se le preste la atención que merecen los consumos de mujeres, ignorando la evidencia que confirma ambos sexos usan drogas.
• Que se someta a mujeres con problemáticas de consumo a un mayor rechazo o sanción social que a los hombres con la misma problemática.
• Que no se tengan en cuenta las particularidades propias de los tratamientos de mujeres vinculados a estas problemáticas, pese a todos los datos que existen actualmente al respecto, como por ejemplo, que las consecuencias que se derivan del consumo son diferentes en ellas que en ellos.
En todo caso, la perspectiva de género en lo referente al consumo de drogas no tiene que ver, simplemente, con establecer diferencias entre hombres y mujeres, ni con desagregar datos por sexo (aunque esto es importante, podemos decir que no implica necesariamente hablar de género). Incorporar esta mirada es entender que lo que realmente aporta es toda una estructura y un marco desde el cual interpretar el impacto que esas diferencias tienen para las personas, comprendiendo que las mismas están inscritas en un contexto social que sigue sosteniendo y reproduciendo desigualdades de género.
Entonces, ¿qué implica analizar el consumo de drogas desde una perspectiva de género?
• En primer lugar, implica abandonar la mirada androcéntrica que sitúa a los hombres como la “norma” desde la cual se realizan análisis y comparaciones con respecto a las mujeres, que serían “algo” específico, es decir, situándolas una vez más en un eje de subordinación.
• Además, incorporar esta perspectiva exige tener en cuenta las particularidades que la categoría “género” introduce en los motivos para iniciarse en el consumo (y también para mantenerse), los factores de riesgo, los factores protectores, los patrones de consumo y las consecuencias en la vida de las personas y del entorno.
• Por último, implica tener en cuenta las desigualdades que el género conlleva a la hora de acceder a programas y/o servicios de prevención, u otros recursos que permitan abordar la problemática.
De esta forma, la perspectiva de género aporta, una vez más, la posibilidad de realizar análisis más profundos y complejos, partiendo de una comprensión de las desigualdades existentes y de su impacto, para avanzar hacia lecturas de la realidad que permitan, verdaderamente, aportar herramientas y recursos para el beneficio de toda la sociedad.
Las mujeres con drogodependencias siguen estando invisibilizadas y estigmatizadas en nuestra sociedad: https://perifericas.es/blogs/blog/la-invisibilizacion-y-el-estigma-de-las-mujeres-con-drogodependencias