DAULATDIA, LA CIUDAD DE LAS PROSTITUTAS

DAULATDIA, LA CIUDAD DE LAS PROSTITUTAS

Por Carmen Frutos Aragóngraduada en ciencia política y administración publica, máster en estudios interdisciplinares de género y en prevención de maltrato y violencia de género

La prostitución existe en casi todos los países y ciudades del mundo. El cómo regularla o si, por el contrario, no debería regularse, es un debate que sigue vigente. Sin embargo, las circunstancias cambian en cada región, y hoy hablaremos de una donde este fenómeno adquiere tintes especialmente dramáticos.

Daulatdia es una pequeña ciudad que desde hace 30 años se ha convertido en uno de los burdeles más grandes de todo el mundo. Los únicos visitantes de esta zona son los clientes de prostíbulos. Aunque Bangladesh es un país musulmán la prostitución está permitida. En esta zona trabajan más de 1500 mujeres tanto de noche como de día.

La prostitución es el motor económico de la región. Dautladia se encuentra en un punto de vías férreas, tráfico marítimo y directamente conectada con la capital del país, por lo que es un punto de encuentro bastante concurrido. Al día paran unos 2000 camiones. La mayoría de los clientes, de hecho, son conductores de este tipo de vehículos. 

Muchas de las mujeres son hijas de prostitutas que ya han nacido ahí, otras son extranjeras o de la capital y viajan a Daulatdia para ejercer la prostitución. Lo que empuja a muchas de ellas a prostituirse son los escasos recursos y el bajo nivel de estudios de las niñas, que hace que se vean obligadas a mantener a sus familias o a ellas mismas de este modo. 

Muchas no llegan a Daulatdia por decisión propia, sino que son vendidas por menos de 400 euros. Si quieren regresar a sus hogares en el caso de haber sido vendidas, tienen que pagar el precio que les pusieron, algo muy difícil teniendo en cuenta la precariedad de las condiciones en las que viven. Una alta cantidad de las que son vendidas son vírgenes, lo que se convierte en un gran reclamo para los clientes y que se paga hasta 20 veces más.

 

Trazando un perfil

Normalmente estas mujeres viven de manera aislada, pues aparte de sus clientes no ven a más personas durante el día; la mayor parte del día están en pequeñas habitaciones con escasos recursos. Ahí son vigiladas y controladas para que no puedan huir con el dinero que ganan. Hay familias numerosas viviendo con 150 euros al mes, y la mitad de ese dinero es destinado a pagar el alquiler de las habitaciones donde ejercen la prostitución. Normalmente las prostitutas no tienen pareja ya que, al vivir en un entorno tan peligroso y hostil, muchas veces sus propias parejas las maltratan y les roban el poco dinero que consiguen.

La edad de las mujeres en la zona de prostitución va desde los 18 a los 40 años, pero se sabe que hay menores desde los diez. Cuando alcanzan los 40 años las mujeres dejan de tener clientes, y el estigma de haber sido prostitutas les impide trabajar de otra cosa, por lo que muchas veces dependen de que sus propias hijas ejerzan la prostitución.

Los cánones de belleza también afectan a las prostitutas. En Daulatdia es importante no estar delgada, y por ese motivo las mujeres consumen un esteroide llamado oradexon, utilizado para engordar al ganado, a menudo desde que son menores para aparentar más edad. El uso de esta sustancia tiene numerosos efectos secundarios: convulsiones, dolores de pecho, mala respiración, osteoporosis.. Se sabe que a largo plazo es letal, y de hecho muchas prostitutas fallecen por su consumo.

Las tarifas van desde los 60 céntimos hasta los 10 euros. El precio de hacerlo sin protección es de 4 euros. Al día pasan 3500 clientes, se trafica con alcohol por las noches y con otro tipo de drogas como las anfetaminas y la heroína, las cuales son muy baratas en la zona. En este entorno hay un gran problema de drogodependencia tanto por parte de los clientes como por parte de las mujeres prostitutas.

La tasa de mortalidad entre estas mujeres es muy alta, dada la violencia, contaminación, mala sanidad, drogadicción, escasez de recursos, enfermedades y pésimas condiciones en las que viven diariamente. 

Además de todos estos riesgos al ejercer la prostitución, lo cierto es que tienen un gran estigma social que no les permite salir de Daulatdia; tanto es así que sus hijos no pueden ir a un colegio normal. Muchas de las mujeres admiten que les encantaría tener otro tipo de vida o poder dedicarse a otra cosa pero que una vez que eres prostituta, lo eres para siempre para la sociedad. 

En este artículo revisamos algunos de los argumentos a favor y en contra de legalizar la prostitución: https://perifericas.es/blogs/blog/el-debate-sobre-la-legalizacion-de-la-prostitucion-argumentos-en-contra-y-a-favor

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