Por Equipo PeriFéricas.
Desde la polémica decisión del Gobierno de legalizar el primer sindicato estatal de prostitutas en España, el debate sobre el tema no ha hecho más que ir en aumento. Por todo lo que implica para la libertad de las mujeres y sus cuerpos, dicho debate se ha convertido en central dentro del movimiento feminista, polarizando las discusiones en torno a dos posturas enfrentadas. Hoy veremos brevemente los argumentos de unas y otras.
Los argumentos de quienes defienden la legalización de la prostitución
Quienes defienden la legalización de la prostitución emplean fundamentalmente dos argumentos, paradójicamente de signo bastante contrario: por un lado, la supuesta “defensa” de las mujeres que la ejercen, que de nuevo, supuestamente según esta postura, podrían así tener acceso a la Seguridad Social y a distintos beneficios de protección del Estado, siguiendo el modelo holandés, por ejemplo; y, por otro, la libertad de toda mujer a hacer con su cuerpo lo que desee. Este segundo argumento, que a priori parece el más potente y empoderador, es sin embargo profundamente manipulador. Las cifras y perfiles de las mujeres prostituidas que ejercen en España así lo demuestran. Es también contra dicho argumento contra el que reacciona la mayor parte del movimiento feminista.
Los argumentos de quienes se posicionan en contra de la legalización de la prostitución
La supuesta “libertad” de las mujeres entra en contradicción con la realidad que cualquiera puede observar en la prostitución callejera o los clubes de alterne: mujeres en su mayoría procedentes de países con condiciones económicas y sociales absolutamente precarias, que llegan a Europa con la promesa de suculentas ofertas laborales y terminan siendo obligadas a ejercer la prostitución para pagar deudas astronómicas o evitar las represalias contra sus familias. ¿Dónde queda aquí la capacidad de elección? Por supuesto, habrá quien argumente que no todas cumplen ese perfil. Así es, pero su porcentaje es marginal y no nos debe hacer olvidar el negocio de las redes de trata, que obligan a millones de mujeres a vender su cuerpo para sobrevivir. La documentalista Mabel Lozano es una referencia a la hora de entender cómo este suculento negocio funciona en nuestro país. Ya con Chicas nuevas 24 horas consiguió poner de manifiesto las complejas redes que tejen las redes de trata, y este año, su documental El proxeneta daba voz a uno de los que en su día fueron explotadores para volver a demostrar que la libertad de las chicas en este “negocio” es inexistente. España, además, es epicentro mundial de las redes de trata: a aquí llegan las latinoamericanas que luego las redes distribuyen por toda Europa, y también las subsaharianas que intentan cruzar el Estrecho desde sus países de origen buscando una vida mejor en Europa, pero que son captadas durante el trayecto migratorio y terminan a menudo en la prostitución callejera o los clubs de carretera, en muchas ocasiones sujetas a sus captores mediante rituales de vudú que las aterrorizan y someten. ¿Cómo legitimar desde el feminismo la prostitución cuando las cifras dejan claro que la inmensa mayoría de las mujeres prostituidas en España lo son a la fuerza? Como feministas, obviamente tenemos que defender el derecho a la libertad sexual y a que cada mujer haga con su cuerpo lo que le plazca pero, cuando estamos hablando de una práctica como la prostitución, en la que esa supuesta libertad solamente se da en casos muy contados, ¿no estamos en realidad desprotegiendo a las mujeres que son obligadas a vender su cuerpo bajo la bandera de una libertad que evidentemente ellas no tienen derecho a ejercer? No dejemos que nos confundan los argumentos de aquellos para quienes el empoderamiento femenino es el disfraz perfecto para ocultar casos de explotación y, fundamentalmente, para conseguir cuantiosos beneficios económicos. No dejemos que la libertad de unas pocas que venden su cuerpo libremente y pueden guardarse el dinero para sí mismas oculte el drama de los millones que ven cómo sus familias y sus propias vidas peligran si no se pliegan a los deseos de los proxenetas.
Si no quieres perderte todos los contenidos del blog, suscríbete a nuestro boletín mensual dejándonos tu dirección de correo electrónico en el formulario que verás en la esquina inferior derecha de esta web.