Por Itziar Aldekoa, Licenciada en Sociología y Máster en Estudios de Mujeres, Género y Ciudadanía. Profesora del curso "Teoría Queer" en PeriFéricas.
¿Qué es la normalidad? ¿Qué es el género? ¿Y el sexo? ¿Cómo se conforma la identidad sexual? Si alguna vez te has planteado estas preguntas seguramente ya has escuchado hablar sobre la teoría queer. El término queer se ha popularizado en los últimos años en ciertos ambientes o círculos y es un adjetivo que podemos encontrar acompañando a innumerables sustantivos: fiestas queer, identidades queer, personas queer… Podemos decir que es un concepto que está de moda, pero ¿qué significa y cómo se relaciona con la diversidad sexual?
El género como construcción social
La palabra queer proviene del inglés y significa raro, pero históricamente se ha utilizado sobre todo para designar a aquellas personas cuyas conductas sexuales se desvían de la norma. Queer era una forma de insulto, un modo de designar a personas con identidades gays, lesbianas o transexuales, entre otras. En Estados Unidos, durante los años 90, ciertos movimientos de liberación LGTB comenzaron, sin embargo, a reapropiarse de este concepto, a hacerlo suyo, afirmando: sí, somos queer ¿y qué? Reapropiar un concepto conlleva el resignificarlo: así, lo que fue un insulto ha pasado a ser una seña de identidad, una palabra que se utiliza para revindicar la diversidad. Diversidad de orientaciones sexuales, de identidades sexuales y de género… En un contexto angloparlante, el identificarse y autonombrarse queer generaba un impacto, una ruptura con la cultura dominante. Sin embargo, si nos situamos por ejemplo en el contexto español actual contemporáneo, nombrarse queer puede que ya no tenga esta fuerza contracultural. Puede resultar sencillo autodenominarse con una palabra que anteriormente no tenía un significado en el contexto del propio lenguaje, una palabra que no tiene una carga simbólica negativa a priori. No es lo mismo decir soy queer que afirmar que soy marica, soy bollera, soy tortillera, soy puta… Sin embargo, queer no solamente es una palabra, sino que es habitual que veamos el concepto de “teoría queer”. Ahondemos un poco en él…
¿Qué es la teoría queer?
Podríamos decir que la queer es una teoría que va en contra de la teorías, pues no busca construir nuevos conceptos, nuevas identidades, nuevas verdades irrefutables. La teoría queer es una teoría postmoderna, flexible, líquida. Surge a partir de una relectura desde la teoría feminista de autores como el filósofo francés Michael Foucault (1926-1984), y también es destacable la influencia de una de las referentes en cuanto a la cuestión del lesbofeminismo, Monique Wittig (1935-2003). La teoría queer postula que no solamente el género es una construcción social (afirmación clásica de las diferentes teorías feministas), sino que también el concepto de sexo es un constructo cultural. Aquí, sexo se refiere a lo que en la teoría feminista se conocería como sexo biológico, pero que para la teoría queer también es cultural, al considerar que no existe un ente físico sexual per se antes del conocimiento mediado por la cultura. Como ejemplo de lo que se considera que no se debe hacer a la hora de abordar los casos de personas con variaciones sexuales o de género, el caso del investigador John Money es paradigmático dentro de la teoría queer: para probar la idea de que la identidad sexual es una conducta socialmente establecida, este doctor utilizó al bebé David Reimer, que había sufrido una circuncisión mal practicada. Su experimentó consistió en asignarle una identidad femenina y someterlo a una operación de adecuación de sexo. A continuación, fue criado como una niña. El experimento fracasó e, informado de él, el paciente decidió realizarse una nueva intervención quirúrgica de reasignación de sexo, esta vez una faloplastia, y terminó suicidándose con apenas cuarenta años. Su caso ha sido debatido intensamente dentro de la teoría queer, para demostrar cómo los intentos de acomodar los genitales de una persona a la idea “normal” de cómo “deberían” ser conduce a resultados desastrosos. Pero sin duda, el mayor referente a nivel internacional que escribe sobre teoría queer es la doctora en filosofía Judith Butler. En su libro más popular, titulado Gender trouble (1990), que en castellano se ha traducido como El género en disputa, presenta y defiende varios conceptos novedosos, como por ejemplo la performatividad de género, que explica cómo se construye el género. La lectura de Butler nos aporta una reflexión sobre una nueva teoría feminista, desde una crítica a conceptos clásicos de la filosofía, la antropología y el psicoanálisis.
Cómo ha evolucionado la teoría queer
Tres el enorme impacto de las teorías de Butler, actualmente la academia y el activismo se encuentran en un periodo de reanálisis de las resistencias queer. Este reanálisis se está llevando a cabo desde ámbitos muy diversos, desde la literatura hasta el psicoanálisis. Algunas aproximaciones consideran que la conciencia de uno mismo procede más de la cultura y el lenguaje que de la biología, mientras que otros estudios inciden en la resistencia de lo queer a los sistemas tradicionales de reproducción social, desde el matrimonio hasta las paternidades. Han pasado ya varios años desde el inicio de la elaboración de una teoría crítica en torno a lo queer, pero siguen existiendo numerosas disyuntivas a la hora de abordar su enfoque: hay quienes priorizan la aproximación lingüística, frente a las corrientes que consideran que lo esencial debe ser el análisis desde el género y la sexualidad. Ahí radica también el atractivo y la riqueza de dicha teoría, todavía en disputa, como diría Butler.
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1 comentario
Genial articulo. Me ha gustado leer esto.