Por María Jesús Chaparro Egaña, madre, socióloga y feminista. Investigadora y consultora en igualdad de género
Los presupuestos sensibles al género son una apuesta feminista para avanzar en equidad en las políticas públicas. Permiten visibilizar el efecto que tiene el diseño de las inversiones públicas en hombres y mujeres. En ese sentido, tienen como objetivo primordial contribuir a la igualdad de género y garantizar los derechos de las mujeres.
Para generar presupuestos sensibles al género se debe tener claridad e información respecto a las necesidades, desigualdades y brechas a abordar. En ese contexto, ONU Mujeres, desde la década de los 80, ha trabajado por promover la “armonización legislativa con los instrumentos internacionales”, para que los países avancen en iniciativas en esta materia con una mirada integrada e inclusiva.
Dichos presupuestos han superado la mirada tradicional de la economía de base patriarcal, reivindicando la necesidad de incorporar el género como un elemento base de medición de desigualdades y de logro de equidad.
Para identificar los efectos de esta iniciativa en las mujeres, es preciso mencionar que los presupuestos sensibles al género deben ser diseñados desde las necesidades y desigualdades de cada lugar y contexto, con participación ciudadana, permitiendo así identificar las necesidades de manera pertinente.
En ese sentido, se requiere tener buena información que sustente la decisión, y también articular estos presupuestos con marcos normativo, lógicas institucionales, culturas locales..., para evitar miradas que tengan solo el contexto occidental como centro.
Algunos ejemplos
Una de las principales expresiones de los presupuestos sensibles al género son los gastos para cubrir necesidades específicas de las mujeres, las iniciativas que fomenten la igualdad de oportunidades o el diseño del gasto público desde la perspectiva de género.
Algunos de los logros que han tenido las iniciativas presupuestarias sensibles al género pasan por generar una mayor capacidad para determinar el valor de los recursos públicos, comprender la importancia de obtener información desagregada por sexo, que revele las desigualdades y diferencias, y hacer frente a la supuesta “neutralidad de género” en las políticas públicas, que nunca es tal.
Por otro lado, existen dificultades en el marco de la implementación de estos presupuestos, asociadas a la falta de información, falta de compromiso, falta de profesionales capacitados en esta herramienta, falta de presupuesto, falta de voluntad política, escasa participación y transparencia en estos procesos.
Como vemos, los presupuestos sensibles al género no son del todo fácil de implementar; no obstante, hay experiencias que demuestran la importancia de avanzar en ello para lograr una mayor igualdad en el trabajo reproductivo y la conciliación familiar y laboral. Suiza ha podido a través de esta herramienta cuantificar la carga de trabajo reproductivo, permitiendo diseñar políticas y medidas sobre el uso del tiempo, ayudas directas a las mujeres, generación de medidas que fomenten el empleo femenino, entre otros ejemplos de los efectos positivos que pueden tener la aplicación de los presupuestos sensibles al género.
Para el caso español, una medida ilustrativa de presupuesto sensible al género es el Programa Concilia del Ayuntamiento de Barcelona. Se trata de un servicio de canguro municipal que se ha implementado a partir de la detección del problema del cuidado y la conciliación familiar y laboral y del impacto que eso tenía en familias monomarentales sin tejido comunitario, perjudicando sus ingresos y la permanencia de esas madres en el mercado laboral, así como su autonomía económica. Este programa actualmente ha realizado ya 23.229 servicios en dos ediciones y responde a la necesidad de poder compatibilidad horarios laborales inestables, de tener tiempo libre o disponibilidad para buscar trabajo o formarse, algo especialmente complicado para el caso de las madres monomarentales. Lo relevante es que surge de una prueba piloto que se diseña a partir del estudio de datos segregados por género.
Tanto esta iniciativa como otras demuestran la necesidad de generar presupuestos sensibles al género, que visibilicen las desigualdades que viven las mujeres, abordándolas con medidas pertinentes que nos permitan avanzar hacia una mayor igualdad y disminución de brechas.
La economía feminista tiene en cuenta las desigualdades y retos que se han planteado en este post: https://perifericas.es/blogs/blog/que-es-y-que-propone-la-economia-feminista