RESIGNIFICANDO LAS CALLES: URBANISMO Y PERSPECTIVA DE GÉNERO

RESIGNIFICANDO LAS CALLES: URBANISMO Y PERSPECTIVA DE GÉNERO

Por Alejandra Neira, pedagoga especializada en igualdad e inclusión con perspectiva de género, con experiencia en proyectos coeducativos e intervención con mujeres en situación de violencia de género y/o en riesgo de exclusión social

En cualquier día del año, si sales de trabajar o de fiesta, o de visitar a cualquier amiga y vuelves a casa de noche, recuerdas que son horas en las que desde que eras pequeña te han repetido constantemente: "Ten cuidado", "no vuelvas sola". Estas advertencias, lejos de ser simples consejos de seguridad, transmiten un mensaje inequívoco: las calles no te pertenecen, y no deberías frecuentarlas sola. Es una realidad que, lamentablemente, muchas mujeres experimentamos a diario.

He escuchado a hombres hablar sobre el placer de caminar por la calle sin preocupaciones, disfrutando de la tranquilidad y la libertad. Para ellos, es un derecho adquirido, pero para nosotras, es un lujo que no siempre podemos permitirnos. El silencio de la calle puede convertirse en una fuente de malestar, pues cada paso se acompaña de la incertidumbre de quién podría estar detrás. El simple acto de girarse para comprobar si alguien te sigue se vuelve una rutina agotadora.

El alivio llega cuando ves a otra mujer caminando en tu misma dirección. Es entonces cuando puedes respirar un poco más tranquila, sabiendo que no estás sola en esa atmósfera. Y aun así, es un momento no exento de preocupaciones. Los mensajes en el grupo de WhatsApp con tus amigas se convierten en un ritual: "Ya llegué a casa", "Yo también”, una forma de protegernos mutuamente.

La búsqueda de un lugar para vivir también está condicionada por esta sensación de inseguridad ¿Es esta zona segura? ¿Es demasiado solitaria? ¿Demasiado oscura para volver sola a casa? Son preguntas que nos hacemos constantemente, conscientes de que el simple hecho de ser mujer puede convertir cualquier lugar en potencialmente peligroso.

Aunque diversos factores contribuyen al incremento de esta inseguridad, muchos de ellos están estrechamente ligados a las diversas formas de violencia perpetradas por hombres sobre mujeres en sociedades patriarcales y jerárquicas. Sin embargo, también es crucial considerar quién y bajo qué lógicas se diseñan las ciudades, incluyendo aspectos como la iluminación urbana, que desempeña un papel significativo en la seguridad ciudadana.

 

El género en la configuración urbana

La planificación urbana y el diseño de espacios públicos a menudo reflejan concepciones masculinizadas del entorno urbano. Por ejemplo, las decisiones relacionadas con la iluminación de calles y áreas públicas suelen priorizar la eficiencia energética o la estética, dejando de lado la seguridad de las personas como una consideración central. Además, es fundamental poner énfasis en las disparidades entre el centro y las periferias urbanas, ya que los centros suelen contar con más infraestructuras, como mejor iluminación y transporte accesible, en comparación con las zonas periféricas. Al considerar quiénes pueden habitar en el centro de las ciudades, el factor socioeconómico emerge como un punto crucial que determina el acceso a estos espacios urbanos centrales.

La falta de iluminación adecuada puede convertir áreas urbanas en lugares oscuros y sombríos,que pueden producir inseguridad en quienes transitan por ellas, especialmente después de que cae el sol. Esta falta de luz no solo dificulta la visibilidad, sino que también puede disminuir la sensación de seguridad de las personas, limitando su movilidad y restringiendo su acceso a espacios públicos.

Pero, ¿qué implica el urbanismo con perspectiva de género? La Global Platform for the Right to the City establece que  el urbanismo con perspectiva de género parte del reconocimiento de que el diseño urbano no es neutral y que las ciudades y barrios reflejan los valores de una sociedad, en este caso una sociedad patriarcal. La configuración física de los espacios urbanos ha influido históricamente en la reproducción de estas estructuras de poder. En contraposición, la entidad propone un enfoque que coloca la vida de todas las personas en el centro de las decisiones urbanas. Considera una amplia gama de variables, como la edad, el origen, la diversidad funcional o la clase social, entre otros aspectos. Por ejemplo, las necesidades y experiencias de una mujer mayor con dificultades de movilidad difieren significativamente de las de una mujer joven y migrante.

Adoptar este enfoque es fundamental para crear ciudades más inclusivas y equitativas, donde todas las personas puedan disfrutar plenamente de los espacios públicos y sentirse seguras en sus entornos urbanos.

Los barrios feministas promueven el uso de los espacios públicos como espacio donde las mujeres puedan estar, cuidar y cuidarse: https://perifericas.es/blogs/blog/una-mirada-feminista-a-los-barrios

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